Mientras bloggeo le busco la vuelta a la realidad mas o menos creible de este medio virtual en el que algunos relatan y conversan de manera bastante coloquial. Busco la contraparte de la palabra escrita: la vida práctica del bloggero. Algunos escriben con suficiente soltura para hacerte sentir que estás en la calle sentado en una parada esperando el microbus mientras conversas con ellos. Luego piensas: para eso las calles, los sitios públicos, la cola del banco, la arepera, la universidad son el mejor blog que se puede leer. Ahí está el dinámico transcurrir diario de ese blog colectivo que son las calles, del cual saltan micro-acontecimientos capaces de presentarte la oportunidad de tu vida en el tramo menos pensado.
De momento, opto por seguir leyendo el blog de una chica mexicana que le pone bastante tono épico a sus relatos con jerga callejera, seguramente para que la lean un@ que otr@ amig@ suy@; sigo leyendo a ver si consigo la clave semántica de algún camino olvidado o desconocido hacia lo extraordinario....
En realidad esta dialéctica entre la palabra escrita y la vida práctica no es lo que me quita el sueño, pues tengo bien claro que optaré por la segunda.
Busco algo más. Algo que me aturda pero de inmediato. Que me deje mirando todo lo que acabo de escribir como si de un simple texto distractivo se tratase, escrito por un tipo sin importancia al momento que, AL MISMO TIEMPO QUE: paralelamente, yo estoy demasiado ocupado viviendo en carne propia la experiencia colectiva (aunque ese colectivo no sean más que dos personas).
Hacen falta más niños jugando en los sitios públicos, y que yo sea uno de esos niños jugando...
Alguien sabe de algún psicotrópico que me induzca estados mentales ilusión-realidad?
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