domingo, 18 de mayo de 2008

Retrato de una Infidelidad (Part I)

Luchar todos los dias con los prejuicios de la sociedad no es tarea fácil,menos cuando se es mujer. Mas que una mascara se necesita tener la fortaleza para soportar los "que dirán", teniendo asi que soportar una situacion para beneficiar economicamente a sus hijos . Y esa es la de vivir con una familia, el cual sus bases sólidas es aguantar los golpes y no físicos, sino verbales a los cuales estamos sometidos desde la infidelidad de mi padre.
Admiro mucho a mi madre, porque esto la afecta a ella mas que a nosotros sufre por el desamor, por las mentiras de un hombre que hace 23 años prometió amarla, y sufre por no contar con los recursos económicos para dejarlo, y es por esto que se ve obligada a no dejarlo; así mismo por nosotros ya que es una mujer tan maravillosa que antes de ella misma siempre piensa en sus hijos.
En muchas de esas peleas cotidianas a las cuales estamos sometidos, ellos se reconcilian pero vuelven a molestarse y la comprendo a ella mas que a nadie porque no se si yo en su lugar pudiese aguantar tanto como ella lo hace.
Vivir entre la angustia de que pudiesen llegar a matarse en una de mis miedos mas constante, así como de la que mi padre se vaya y decida dejarnos para siempre, porque ya de tantos golpes solo queda la resignación y la esperanza de que cuando lleguen al nido vació se den cuenta de que desperdiciaron su vida en peleas y que afectaron a mi hermano y a mi. Porque esa actitud agresiva y arrogante de el, es un mecanismo de defensa para no demostrar lo débil que es; y se que esta unido a una persona equivocada porque le da miedo la soledad, yo sin embargo uso otro mecanismo de defensa y es mis amigos pero en el fondo se que llegar a mi casa es vivir en la agonía al cual estoy sometida todos los días.
Espero que si alguna mujer vive en esto tome en cuenta: que es victima de su propio infierno, de que sus hijos son las cenizas de una muerte lenta al cual ella los somete y que nadie te devolverá el tiempo que perdiste, solo vivimos una vez…
Me daría por vencida ahora, pero no tengo tiempo, solo queda decir que "las infidelidades se perdonan, pero no se olvidan jamás".
ADVERTENCIA: el relato que se planteo como tal no pertenece a mi persona, es el testimonio de una victima de la infidelidad.

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